Opulencia
Están las ausencias
Las maletas disecadas
El aire tibio del encierro
Y un pez de seda que se enreda en las raíces
Y el desuso
Grandes hormigas con el vientre de centella
Usan los mosaicos como pasarela
Y se miran la cintura estrangulada
En los espejos de cerámica del baño
Tres líneas de moho se besan en cada ángulo del techo
Y las colchas gravitan con los líquenes
Tallos y pezones se asoman desgarrando
La carne abierta de la almohada
Cuando giró la llave y la clausura
Y sellamos las ventanas del recinto
No sabíamos que sin nosotros
Esta casa seguiría copulando
5 Comments:
Eso es un buen final!!
¿copular?
Es buenísimo...
:)
No se podía esperar otra cosa de un lugar que fue conocido en todos sus rincones. Saludos.
Curioso como podemos conocer los rincones sin darnos cuenta de que los hemos conocido...
Salud y larga vida!
La casa deshabitada, pero llena de memoria del futuro. Estemecedor tu poema...
Saludos...
Publicar un comentario
<< Home