martes, febrero 28, 2006

Opulencia












Están las ausencias
Las maletas disecadas
El aire tibio del encierro
Y un pez de seda que se enreda en las raíces
Y el desuso

Grandes hormigas con el vientre de centella
Usan los mosaicos como pasarela
Y se miran la cintura estrangulada
En los espejos de cerámica del baño

Tres líneas de moho se besan en cada ángulo del techo
Y las colchas gravitan con los líquenes
Tallos y pezones se asoman desgarrando
La carne abierta de la almohada

Cuando giró la llave y la clausura
Y sellamos las ventanas del recinto
No sabíamos que sin nosotros
Esta casa seguiría copulando

5 Comments:

At 3/06/2006 2:53 p.m., Anonymous Anónimo said...

Eso es un buen final!!

 
At 3/07/2006 10:19 a.m., Blogger Maria Caracol said...

¿copular?
Es buenísimo...
:)

 
At 3/07/2006 1:06 p.m., Blogger Luis Martínez Álvarez said...

No se podía esperar otra cosa de un lugar que fue conocido en todos sus rincones. Saludos.

 
At 3/09/2006 7:18 p.m., Blogger Maria Caracol said...

Curioso como podemos conocer los rincones sin darnos cuenta de que los hemos conocido...

Salud y larga vida!

 
At 3/23/2006 8:33 p.m., Blogger ángel said...

La casa deshabitada, pero llena de memoria del futuro. Estemecedor tu poema...


Saludos...

 

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