La tristeza es un océano
y mi barca está
horadada
Se quedó sin
nudos primigenios
Sin aliento
cósmico
Sin el fuego
familiar de las estrellas
Hago agua por
todas partes
Cuando era niña
ponía la mejilla sobre el pecho desnudo de mi madre
Y su calor profundo
me nutría la esperanza
La certeza de
tenerla fue siempre el faro de mi vida
Su voz y sus
palabras
Me hice ilusiones
sobre su estancia en la tierra
Porque mi abuela
fue longeva
Como tortuga
marina
Pero mi mamá era
un animal terrestre
Y se le escapó la
vida veinte años antes
Se fugaron para
siempre el aire y los latidos
De ese pecho
calientito y suave
Que me enseñó el
amor a la piel y los abrazos
Madre mía, voy
atravesando la tormenta
Pero llueve cada
vez más fuerte
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