martes, agosto 30, 2005

Me dieron ganas

¡Ah! el deseo
Sutil y sierpe como río de abejas.
Encantador con labios.
Abierto como noche.
Torrente de lenguas y rabillos furtivos
de un ojo mirando la piel.
Llama que limpia tiernamente y levanta
hasta suavizar la carne y la madera. Niño nuevo
que clama su prodigio y su ardor en las orillas.